Monday, December 29, 2008

"Los Compromisos"

Cecilia Arias Enero 14/2005 Devocional en la Iglesia.

Tenemos diferentes niveles o tipos de compromisos:
- Pactos
- Votos
- Promesas
- De Palabra o por mención

No quisiera referirme a cada tipo por separado pues cada uno da para temas largos. Pero quisiera compartir la importancia que Dios da a todos los tipos de compromisos.
Veamos en Mateo 5:34 -37. "Pero yo les digo: No juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer que ni uno solo de tus cabellos se vuelva blanco o negro. Cuando ustedes digan 'sí’, que sea realmente sí; y cuando digan ‘no’, que sea no. Cualquier cosa de más, proviene del maligno".

Esto nos habla de la sinceridad y fidelidad que deben tener nuestras palabras. Muchas veces nuestra naturaleza latina nos da una presión de no desear ofender, de ser amables con los demás, y es así que optamos por decir ‘sí’ cuando deseábamos decir ‘no’. No quiero decir que otras culturas no viven esto, solo que nuestro ambiente y cultura nos dice que debemos complacer a los demás, y si decimos ‘no’ a algo hasta hay personas que se ofenden.

Me recuerdo de unos misioneros alemanes: Uli era asesor o misionero para el grupo bíblico de mi ciudad, nos dejaron entrar a su hogar y los conocimos como vivían en forma normal y cotidiana, su esposa e hijos nos dieron un gran ejemplo de familia, especialmente para aquellos jóvenes que no nos habíamos criado en un hogar cristiano. Muy linda familia. Pero si algo me costó al principio entender de Uli era que su si era un si, y su no era no. Uli tenía por costumbre dedicar el sábado a su familia. Una vez que él estaba de cumpleaños, y cayó un día sábado, fuimos un grupo de los más allegados a él a saludarlo con un Cake, y otras cosas. El abrió la puerta, le cantamos, y lo saludamos. Uli se alegró mucho, nos saludó a cada uno, y se despidió agradeciendo las atenciones. Cuando cerró la puerta todos quedamos sorprendidos, pues no podíamos creer que no nos había hecho pasar, pero luego recordamos que era un día especial para su familia. El más de una vez nos invitó a fiestas de cumpleaños muy lindas, pero para Uli, sus promesas, y sus compromisos eran inquebrantables.
Cuando yo recién me convertí, esto era sumamente importante, para evaluar si un cristiano era verdadero o no. Admiraba y valoraba mucho a aquellos que aún en el anonimato cumplían sus compromisos. Es más, este era un valor que mi papá nos había inculcado desde pequeños, nos contaba anécdotas de como el cumplir sus compromisos en sus estudios y trabajos , lo habían llevado incluso a estudiar en Alemania por algún tiempo, y a recibir todo tipo de recompensas. Estas cosas penetraban profundamente en mi corazón. Fue por eso que cuando empecé a asistir a ese ministerio en la universidad, un día de nov. de 1987, cuando en esa reunion nos entregaron un papel, que debíamos dividirlo en 4 partes y en cada parte debíamos escribir un compromiso con el Señor para ese año en diferentes areas. Yo lo hice sin ser cristiana, primero pensé que deberíamos devolverlo, así que fui muy realista en escribir lo que realmente pensaba comprometerme, pero para mi sorpresa, la encargada de esa actividad nos dijo que quedaba para nosotros y el Señor, yo guardé ese papel, y en mi corazón propuse que lo cumpliría. Fue así que esos compromisos me llevaron a conocer a Cristo, y en Nov. de 1988 me convertí.
Números 30:2. “Cuando un hombre haga un voto al Señor, o bajo juramento haga un compromiso, no deberá faltar a su palabra sino que cumplirá con todo lo prometido.”
Deuteronomio 23:21-23. "Si le haces una promesa al Señor tu Dios, no tardes en cumplirla, porque sin duda él demandará que se la cumplas; si no se la cumples, habrás cometido pecado. No serás culpable si evitas hacer una promesa. Pero, si por tu propia voluntad le haces una promesa al Señor tu Dios, cumple fielmente lo que le prometiste".
Promesas, ¿Cuántas promesas a la ligera pronunciamos diariamente?: “Te voy a llamar”, “Estaré orando por ti”, a los niños les decimos: “Si te portas bien te daré un premio” y luego no cumplimos. Este es un tema que tratamos mucho en nuestro hogar, y Aisha y Rayén son excelentes en esto, pues ellas confían que les cumpliremos. Pues evitamos hacer promesas que no cumpliremos, aún aquellas que están a nuestro alcance cumplirlas. En esos casos evitamos decirlas, o no ponemos una fecha muy cercana para luego cumplirla lo antes posible. Es por esto que muchas veces nuestras niñas llegan decepcionadas de las promesas que les hacen sus amigas, o sus profesoras, o nuestros familiares.
Es ahí donde como cristianos debemos diferenciarnos del mundo. Más hoy en día, que nuestra sociedad se caracteriza por el no compromiso y por no cumplir. Es por eso que hasta han surgido ministerios como “Promise Keepers” o los “Cumplidores de Promesas”.
Entonces ¿Cómo diferenciarnos del mundo?
1.- Con nuestros hijos:
debemos cumplir las promesas o compromisos hechos a ellos, tanto los premios como las amenazas, de los contrario solo se produce desconfianza y recentimiento en ellos.
2.- Con nuestros amigos: Si quedamos de llamar o de visitarlos en una fecha especificada, debemos avisar a tiempo cuando no podemos cumplir. Nosotros nos hemos quedado hasta con cenas preparadas para amigos fuera de la iglesia, que nunca llegaron, habiendo ellos confirmados su asistencia.
3.- En nuestra congregación: Orar cuando nos hemos comprometido, cumplir con cada una de las responsabilidades que hemos asumido, y agregar siempre una milla más. Me acuerdo que cada vez que comenzabámos unos cursos con Orville en otra congregación, empezábamos varios, teníamos que poner más mesas, a veces hasta había que traer sillas de otros lados. Pero a las pocas semanas las personas iban desapareciendo de a poco, y no siempre explicaban sus razones al inicio. Es comprensible que a veces aparecen cosas ineperadas, pero lamentablemente hay personas que tienen la fama de solo “decir”, pero no de “cumplir”. Esto es un pésimo testimonio para el mundo que nos observa, pues ellos miran hasta el mínimo detalle, y lo sé porque una vez estuve ahí, y no fueron pocos años. Y luego cuando me convertí,y viví con “2 munditos” dentro de mi casa, pues mis 2 hermanos se convirtieron muchos años después. Ellos nos exigían muchísimo a mis padres, a mí y a nuestros hermanos en la fe.
4.- Con la Sociedad en general: Muchísimos años atrás los compromisos bastaban con un apretón de manos, pero hoy en día la vida se ha encarecido para poder obligar a que las personas cumplan. La sociedad tiene leyes que regulan que los compromisos se cumplan, y si no se cumplen se puede recibir multas y hasta llegar a la cárcel. A veces tememos más a este tipo de compromiso, y olvidamos que cualquier compromiso que no cumplamos es a Dios a quien fallamos.
Pensemos en el trabajo, ¿Realmente estoy produciendo para lo que me pagan? ¿Soy honesto en mi trabajo? NO olvidemos que el faltar a nuestros compromisos o promesas está muy cerca de la deshonestidad y la corrupción.
5.- Entre Esposos: Hay un gran compromiso en este caso que nuestra sociedad ha decidido ponerlo desechable, no solo las infidelidades, las pequeñas promesas que no se cumplen, sino también se ha llegado hasta romper el compromiso de estar juntos en las buenas y en las malas, unidos hasta que la muerte los separe. Lo que se olvida que este compromiso se hace directamente ante Dios, y no me refiero a que si se casaron por la iglesia o no. Pues las palabras de estar juntos para siempre, en la ceremonia de matrimonio, es válido dentro y fuera de una iglesia.
NO olvidemos que Dios demandará que cumplamos toda promesa dicha por nuestra boca, cuanto más un papel firmado y con testigos.
En Jueces 11:30 – 35. Sale la historia de Jefté, la que muchos conocemos, una historia terrible en cuanto a promesas se refiere. Jefté hizo un voto con Dios que no era necesario hacer, pero dijo que si ganaba la batalla contra los amonitas, le entregaría en holocausto al primero que saliera a recibirlo de casa cuando llegara. ¿Qué pasó? Dios le dio la Victoria, y para la sorpresa de Jefté, la primera en salir a recibirlo en su casa fue su única hija. Quizás cuando el lo prometió, esperaba que fuera el perro que más amaba, o algo así. Sin embargo, un compromiso de este tipo en nuestros días, se rompería fácil, pues en la mente del que prometió surgirian miles de excusas, como sucede para romper un matrimonio. Jefté cumplió su palabra y la entregó en holocausto.
Conclusión:
- Dios demandará que cumplamos nuestras promesas. (Deut. 23:21)
- El romper las promesas y compromisos, deteriora todo tipo de relación.
- Evitemos prometer si no estamos seguros de cumplir.
- Aprendamos a hacer uso de la palabra “no”, para evitar que nos caractericemos por una persona sin palabra, o que no cumple.
- Revisemos las promesas que hemos dejado pendientes, que aún puede ser tiempo para cumplir.
- Pidamos perdón a aquellos que hemos fallado al prometerle y no cumplirle.
Y por ultimo:
- Pidamos al Señor que nos ayude a controlar nuestra lengua para no quedar atados a nuestras palabras.
Oración: Señor tú conoces nuestras debilidades, danos fuerzas para ser sinceros y hablar con la verdad, y aprender a decir no, cuando sabemos que no podemos cumplir. Y danos muchas fuerzas y compromiso para cumplir las promesas y compromisos ya hechos. Haznos valientes, para dar gloria a tu nombre con todos nuestros dichos y palabras. En el precioso nombre de nuestro Señor Jesucristo, Amén.

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