Friday, January 22, 2016

Escrito por Cecilia Arias, Enero 22 del 2016
Esto fue difícil para aprenderlo, sobretodo cuando mis niñas eran chiquitas. No porque fuera una persona exigente con la limpieza, no, sino porque no lograba tener limpia mi casa con tantas obligaciones. Trataba que no quedara nada por hacer el fin de semana para poder disfrutar en familia. Entonces hacia todas las compras de supermercado, lavaba y planchaba todo, limpiaba la casa, cocinaba de manera que Franco pudiera llevar una rica comida a su trabajo, y de paso todos lo felicitaban por eso, ademas el cuidado de las niñas, saliendo a cuanto parque y museo habia, aun se recuerdan de eso. Pero mis aspiraciones eran mayores pues siempre habia algo que no lograba hacer. Hasta que una sabia mujer me hablo de esto. Ahi empecé a notar como amigas mias perdian su vida limpiando y decorando sus casas, al punto que no dejaban ni jugar ni desordenar a sus hijos. Yo salia con estos niños a la biblioteca y parques, ahi me contaban como sus mamas vivian encerradas limpiando. Lo que aprendi fue que la casa sucia y los platos por lavar pueden esperar pero los niños no, ellos se crecen y debemos disfrutar el tiempo con ellos para después verlos recordar y agradecer todos esos momentos que disfrutamos juntos.

Tuesday, January 19, 2016

¿A qué dirección estás llegando con tu GPS?

Cecilia Arias Enero-19-2016
Cada vez que salgo a un lugar que no me es familiar ir, prefiero llevar la direccion en mi GPS para asegurarme de no perderme. Sin embargo, esto me ha hecho pensar lo parecido que es esto con la vida. Podemos tener un buen GPS y la mejor intención de llegar al lugar correcto, pero igual podemos llegar a la direccion equivocada. ¿Por qué? por miles de razones; una puede ser que se nos acabe la batería, otra puede ser que exista una dirección parecida, o que no tengamos la dirección correcta, o que se frise el GPS y simplemente deje de funcionar. El problema es que cuando debemos asistir a un compromiso importante, a las personas del lugar de destino no les importarán las razones por las cuales no llegamos a tiempo, ¿verdad? Así mismo es este peregrinar espiritual. Podemos vivir toda una vida “equivocados sinceramente” y con las mejores intenciones, tratando de hacer lo correcto a cada paso que damos, poniéndonos nuestras propias reglas para ser mejores, comparándonos con otros y creyendo que estamos mejor que ellos, y puede que llegado el tiempo final “toquemos a la puerta” creyendo que llegamos a nuestro anhelado destino y quien nos abra la puerta nos diga, “no te conozco, hacedor de maldad” y nos defendamos diciendo,”pero si yo iba a la iglesia todos los domingos, pero si le daba limosna a todo necesitado que veía, pero si yo no mate a nadie ni nunca robé, solo dije mentiras blancas”, etc. La Biblia dice en Mateo 7:22-23 (RVR1960), que: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” Estos que menciona Jesús no son personas sin fe, ni ateos, son líderes de iglesias, son personas que sirvieron al Señor, personas que Dios usó, tampoco eran líderes regulares, pues profetizaban, hacían milagros y sacaban demonios, quizás si nos comparamos con ellos, no les llegamos ni a los talones. ¿Porqué entonces pudieron hacer milagros?¿Entonces porque Jesús no los conoce?, la clave está en el primer versículo, donde dice: “sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” Es decir, hay un camino trazado, hay un manual que seguir, y ese manual no es de cualquier autor, es solo de un autor autorizado, a fin de cuentas, es el Creador, es el único que puede poner las reglas, es el que hizo el “cielo”. Es el que recibirá en la “puerta” y dirá si uno puede o no entrar, y eso dependerá de si te conoce o no. Y ese autor nos dio el camino, Jesús mismo dijo: “Yo soy el camino” Juan 14:6, no dijo “uno de los caminos”, con eso especificó, que era el “único camino”, la ruta está trazada, la dirección ya fue dada: “el reino de los cielos”, y también nos dejó un GPS, ¡el mejor!, el Espíritu Santo. Si tenemos la ruta correcta, la dirección bien puesta y el mejor GPS, que no necesita batería, ni se frisa, ni confunde la ruta, solo nos queda llegar a destino. Aunque la ruta se vea estrecha y un poco solitaria, debemos confiar que el GPS esta funcionando bien, y eso se confirma cuando ya conocemos el camino, o sea, Jesús. Las buenas obras no nos salvarán, aunque la fe sin obras tampoco funciona, el que veamos que Dios nos usa, no nos confirma que estemos aprobados por Dios, en la Biblia hay muchos ejemplos de personas que no eran dignas e incluso malvadas que Dios usó, por eso cuidado cuando vemos esos falsos profetas hacer proezas, no quiere decir que Dios esté con ellos. Tampoco nos salvará que creamos que TODOS los caminos sirven, tampoco nos llevará a buen destino, usar cualquier GPS, tampoco nos servirá, llegar a una dirección “parecida” tampoco sirve,... tener las mejores intenciones tampoco sirve, ni tampoco sirve estar SINCERAMENTE EQUIVOCADO... llenarnos de actividades “espirituales” tampoco es la clave, solo Cristo es la clave, vivir para El, vivir con El, vivir y actuar como si fuera El viviendo en nosotros, servir e interactuar con otros como si fueran El, y todo esto sinceramente, solo porque le amamos, con un corazón puro, sin buscar recompensas personales. Entonces ahora te pregunto ¿Tienes clara la dirección a la cual estas yendo? ¿Tienes un buen GPS? ¿Conoces el camino? Siempre es bueno conocer el camino, por si a medio camino te das cuenta que tu GPS no está funcionando bien. Aún es tiempo de desandar lo andado, aún es tiempo de buscar el camino correcto, aún es tiempo! Lee la Biblia, busca a Dios, no dejes que te lo cuenten, hazlo por ti mismo.