Monday, September 24, 2007

Nuestra Amistad con Orville y Erma Swindoll

Devocional en la Comunidad Cristiana de Miami
Cecilia Arias
Septiembre 23 del 2007.


En estos días mientras veía las fotos que Franco puso para uno de los videos de Orville y Erma, me puse a pensar, que gran privilegio es conocerlos, que privilegio nos ha dado Dios de tener amigos y pastores como ellos. Creo que todos coincidimos en esto, pero hoy quiero tomar como ejemplo lo que ellos han sido para nosotros como amigos durante todos nuestros años de casados, pues nos conocieron recién casados y por poco estuvieron en nuestra boda, si no fuera por Orville. Ya que yo apenas llegué les llamé para decirles que queríamos ir a su congregación, pero él al saber que víviamos en Hialeah, me sugirió que mejor buscara algo cercano a nosotros. Fue así que no pudimos juntarnos con ellos antes de la boda, ni menos invitarlos.
Pero una vez casados le llamé de Miami Beach, el lugar donde vivíamos, esta vez Orville no me escuchó bien, gracias a Dios, y si me dejó visitarlos aquí en este mismo local (Oak Grove Church en Kendall). 1 año después me enteré que Orville había escuchado mal, y solo escuchó Miami, y él al enterarse que vivíamos tan lejos nos volvió a sugerir que buscáramos una congregación cerca de nosotros. Obedecimos sin mucha alegría, y esa odisea ni se las cuento, pues en una ocasión hasta tuvimos que irnos antes que terminara una reunión y 2 guardias, no nos estaban dejando ir. Bueno esas historias se las relato otro día.
La cosa es que Orville nos dejó continuar viniendo desde tan lejos a congregarnos con ellos. Entre medio pasaron muchas cosas con nuestros cambios de casas, ciudades, iglesias, etc. Pero lo rescatable de todo esto es que siempre seguimos siendo amigos con ellos.
Hubo momentos de problemas matrimoniales que en esos años, para nosotros, fueron muy fuertes, pero ahí estuvieron ellos, siempre dispuestos a ayudarnos cuando les llamamos, siempre dispuestos a visitarnos, por lejos que viviéramos, y no solo eso, sino que poco a poco se fueron enterando de cosas muy personales nuestras, pero ellos voluntariamente nos compartieorn algunas de las suyas, que nos sirvieron para aprender, y para entender lo que nos querían dar a conocer.
Gracias a Dios Franco y yo no tenemos complejos con la edad, eso no nos aproblema para tener amigos menores, iguales o mayores a nuestros edad, y a pesar de la diferencia de edad y de madurez espiritual que tenemos con Orville y Erma, la verdad que los consideramos nuestros mejores amigos. Creo que lo mismo pasa en el versículo: Juan 15:12-15 Donde Jesús les habla a sus discípulos diciendo:
“12 Y éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.13 Nadie tiene amor más grande que el dar la *vida por sus amigos.14 Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.15 Ya no los llamo *siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes”.
Jesús les llama amigos a sus discipulos, aún habiendo una gran diferencia espiritual.
Otra de las bellas características de Orville y Erma es la cantidad de veces que hemos visto como comparten de todo lo que tienen con generosidad. Aún me recuerdo que en más de alguna ocasión pasó que a cada familia nos tenían una bolsa con porotos o frijoles. Porque ellos habían recibido esto en gran cantidad. También siempre recordamos con agradecimiento la vez que Lito al verme lo triste que estaba mis primeros años en Miami, porque hechaba de menos mi país, gestionó con Orville que en uno de sus viajes con Erma nos prestaran la casa para pasar unos días ahí, las que nos parecieron vacaciones en un hotel de 5 estrellas. Yo me pregunto, ¿Cuántos de los presentes han abierto tan generosamente sus hogares a otros?
Por supuesto no todo ha sido color de rosa, en estos años hemos tenido diferencias de opinión, y diferencias bien grandes, pues no somos iguales, pensamos diferentes respecto a muchas cosas, sin embargo siempre nos hemos respetado y tolerado esas diferencias, pues el amor ha cubierto estas diferencias. Esto también ha pasado porque tanto ellos como nosotros somos sinceros, no tratamos de fingir estar de acuerdo con algo que realmente no estamos de acuerdo.
Muchas decisiones importantes de nuestra vida las hemos consultado con ellos, como fue la compra de nuestra casa, el abrir nuestra empresa, y muchas otras, son orientaciones que se parecen cuando uno consulta con su papá, pues ellos también han sido eso para nosotros, papás espirituales que nos han orientado y también corregido. Siempre recuerdo una vez que yo estaba en un momento muy malo, lloraba mucho y le decía a Erma mi opinión de lo que estaba viviendo sin querer escuchar lo que ella me quería decir, en un momento Erma con autoridad y voz fuerte me dijo algo como: “¡Ya basta Cecilia, cálmate y escúchame!”, el solo verla y oírla hablarme así me dejó muda y hasta sin llanto, y ahí ella me siguió hablando con su dulzura de siempre. Y les digo, realmente valió la pena.
Creo que son muchas las cosas que podemos aprender de esta amistad, y también creo que puede ser una pauta para que nosotros los hermanos que estamos aquí presentes, lleguemos a ser verdaderos amigos.
- Abrir nuestros hogares y corazones a la amistad con otros, no importando las diferencias que podamos tener, ya sea, de edad, raza, cultura e idioma.
- Disponernos a salir de nuestra comodidad en pro de otros que nos necesitan, y que en un futuro pudieran ser nuestros mejores amigos.
- Valorar y mantener en el tiempo las amistades que Dios nos da, y no conformarnos a la amistad desechable que ofrece este sociedad.
- Aceptar las amistades que Dios nos pone por delante y renunciar a las amistades que a nosotros nos gustaría tener, pues muchas veces estos profundos anhelos se contraponen al propósito de Dios para nuestras vidas.
- Saber aclarar y perdonar las diferencias o malos entendidos, dejando siempre abierta la puerta a la amistad.
- Ser sinceros en la amistad, dejar de aparentar lo que no somos.
- Aprender a correr el riesgo de abrir nuestros corazones en la amistad, pues lo más seguro es que nuestras experiencias bendecirán a los que nos escuchan.
- Hacernos alcanzables a los demás, para eso debemos ser generosos con nuestras casas, teléfonos, celulares e e-mails.
- Aprender a confiar en los demás.
- Pedir al Señor que nos enseñe a ser sensibles a esas personas que buscan nuestra amistad, para no cerrarles las puertas.
- Aprender a administrar el tiempo, para que nos quede tiempo para estrechar verdaderos lazos de amistad.
- Aprender a salir de nuestro típico círculo de amigos y familiares, para conocer a otros que están fuera de este círculo, pero que el Señor los ha puesto en nuestro camino.
- Revisar en nosotros las barreras que tenemos para incluir a otros en la amistad, como son: fijarnos que solo sean personas de nuestra edad, o preferir amigos solo de nuestra nacionalidad, los casados buscar solo casados con una realidad similar, o los solteros que solo buscan solteros. Aquí les puedo compartir experiencias muy edificantes, una que me acuerdo cuando años atrás participamos en un curso para matrimonios, que duraba 13 semanas (un día por semana, por supuesto), ahí todos pasaban los 45 años de edad, incluso llegaban hasta los 70. Nosotros éramos las mascotas, pues teníamos 28 años. Pero ese curso, con las experiencias y testimonos de todos nos adelantó como en 15 años de matrimonio, ya que compartieron cosas que aún ni vivíamos, entonces obtuvimos soluciones antes que vinieran esos problemas. Es muy enriquecedor sobrepasar la barrera de la edad, ya que solo trae bendición y sabiduría.

Proverbios 17:17
“En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia.”
Proverbios 18:24
“El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano.”

Que el Señor nos bendiga y nos dé, de esa gracia en la amistad que tienen Orville y Erma

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