Saturday, December 30, 2006

"Los 4 años de Lejanía" (Parte II)


Yo veía que él albergaba esperanzas, y para todo el GBU, lo nuestro no había acabado, casi todo el grupo se metió en nuestra relación tratando de que volviéramos, así que decidí ponerme a pololear con otra persona del GBU lo antes posible, para que Franco no se viniera a USA con ilusiones equivocadas, y para que el grupo me dejara de cuidar para él. Ese pololeo no duró mucho tiempo, solo lo suficiente para decepcionar a muchos, entre esos a Franco, pues se vino a Miami en Diciembre del 90 con el corazón hecho pedazos.
NO supimos más uno del otro. Pero en Julio de 1991, mis papás vinieron por un mes a ver a sus parientes aquí en Miami. Me pidieron que le escribiera una carta a Franco para ellos buscarlo y verlo. Conocieron a sus papás y me lo trajeron grabado en video y aprovecharon de decirme que no estaba pololeando, el mismo aviso le dieron a él. Franco se molestó porque en mi carta yo le explicaba que le escribía a pedido de mis padres, no por iniciativa propia. Luego de eso nos mandamos un par de cartas, algunas se perdieron y no le llegaron a Franco, él se molestó por eso, y también por algunas cosas que yo le contaba como a un amigo. Así que perdimos todo contacto.
Llegaba Enero de 1994, y habría un evento internacional de la Comunidad Internacional de Estudiantes Evagélicos en Costa Rica, donde solo se juntaría Centro América. Sin embargo Chile y Argentina gestionó la posibilidad de enviar por lo menos a un representante a ese evento. Fue así que la escogida por Chile fui yo. Habían grandes planes que a mi vuelta yo quedara a cargo de la administración financiera a nivel nacional, y como obrero o misionera para Santiago. Fue así que Jorge Antileo gestor de mi viaje me convence para que pague una diferencia del pasaje (ya que el ministerio me pagaba los pasajes ida y vuelta a Costa Rica y además la estadía) y pueda venir a Miami, según él para que viera a mis familiares. A mis papás les pareció bien, así que arreglaron todo con mis tíos para que me recibieran por 5 días, de hecho pedí mi visa por esos 5 días y el consulado me la dio por 10 años, muchos estaban sorprendidos y yo también, ya que a los estudiantes no solían otorgarles visa con tanta facilidad.
Una vez arreglado todo esto, Jorge me pide si le puedo traer un paquete de videos y cassettes a su amigo Franco. Yo le digo que él haga arreglos con Franco para que me ubique, él ya conocía donde vivían mis tíos, ya que con mis papás los había conocido. Un día de esos Franco me llama medio molesto y muy pesado me dice que él no tenía vacaciones ni tiempo para sacarme a pasear ni nada, ni tampoco para venirme a esperar al aeropuerto, yo le expliqué que venía solo por 5 días, y que mi plan era solo estar con mis tíos y primos, y que ellos irían por mí al aeropuerto, y que incluso no era necesario que nos viéramos, yo le podía dejar el paquete en casa de ellos y él lo podía retirar cuando quisiera. Hablé luego con Jorge, y le dije que notaba algo muy raro en Franco que me parecía que él estaba pololeando y que estaba tomando a mal que yo le trajera sus cosas. Jorge me confirmó que Franco estaba pololeando con Andrea una amiga nuestra del GBU de Santiago. Claro que siempre a su estilo, todo era por carta como acostumbraba él.
Yo le dije a Jorge para qué hacía que nos viéramos si esto traería problemas, y él me dijo: “Uds. deben cerrar un capítulo y yo creo que deben conversar”. Yo por otro lado estaba a punto de comenzar un pololeo con un amigo del GBU que además pertenecía a mi congregación, habíamos sido compañeros de carrera, y para mí traía planes serios a futuro. Mis papás se habían opuesto mucho a eso, pero después que los convencí, mi papá me dijo que lo dejara para mi vuelta del viaje, pues yo no sabía que podía suceder en este viaje, que mejor no me viniera con ataduras de ningún tipo, pues hasta un trabajo me podía salir, según él. Fue así que al llegar al aeropuerto mi tío Waldo, mi tía Rina y Franco me estaban esperando. Franco cuenta que él estaba terminando sus clases y estaba listo para ir a su casa, en el cruce de la ruta a su casa con la del aeropuerto, en segundos tomó la decisión de ir a verme, ya que por años había soñado ese momento, muchas veces se imaginó que me vería en Miami, pero ese día tenía otro sentimiento, quería vengarse de mí, sorprenderme con su cambio y que yo me diera cuenta lo que me había perdido,… pero resultó ser “cazador cazado”.
Durante muchos años que Franco ha tenido que ir a buscarme al aeropuerto, la mayoría de las veces después de esa vez, nos fue muy difícil encontrarnos, incluso estuvimos perdidos por horas uno del otro y yo con mucho miedo (especialmente cuando me vine a casar), y esto ha sucedido por los retrasos y los cambios de último momento, donde se suma la múltiple cantidad de salidas que hay para los aviones de Chile, sin embargo, en ese momento Franco desconocía todo eso, no tenía demasiados datos de mi llegada y fue a la salida que él conocía, y llegó sin problemas y a buena hora. Explico esto porque sin este encuentro quizás hubiera sido imposible vernos en esos 5 días.

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